viernes, 28 de noviembre de 2008

Radio Teatro Miramar le informa

Viernes nueve de la mañana. Salgo de mi casa y entre el correr y correr para llegar al trabajo, voy pensando en la posibildiad de quebrantar la direccion de la flecha del tiempo; pienso que aún puedo llegar a tiempo a la oficina, pero no(...) es imposible llegar a tiempo si sales justo a la hora en que deberias estar llegando al destino. Para sentirme un poco a salvo, llamo a mi jefe y le digo de la manera menos concreta posible: Voy llegando. Hecho lo anterior guardo el aparatico de llamadas y pasó lo que tenía que pasar, tanta vuelta para decir que me lo sacaron del bolso, si de una manera miserable se robaron el celu, sin la dignidad ni el susto del robo frente a frente, si con las tecnicas de un ratero timido se me llevaron el celu y ni me dí cuenta. Quedé incomunicado con el mundo, en la calle estoy huerfano de conocidos; pero es viernes, los viernes toca estar confirmando a ver donde se hará el asadito, after office o visita al nuevo antro mas degenerado de la nocturnidad porteña. Pero no!, este viernes no podré darme el lujo de decirle a nadie: Aaaaaaah que buen plan pero no podré ir. Que haré hoy, si no puedo hacer lo de siempre, dar excusas truculentas a mis buenos amigos e invitadores habituales.
Bueno, para intentar lograr siquiera una invitación a la que sacarle excusa, coloque un letrero en Facebook donde informaba que se me perdio el Celu... hasta esta hora no me ha llegado un solo miserable comentario, mucho menos me ha salido alguna fiesta colombiana perdida, mexicana o algun zafarranchito argentino, pero no!

El dia se acaba, el reloj sigue su marcha lenta y cadenciosa, y estoy sin invitaciones, entro al facebook con descarado afán y nada. De golpe veo que en la bandeja de entrada tengo 3 mensajes nuevos, ruego que no sea uno mas de las juventudes liberales de colombia que ya me tienen aburrido, y si 2 de los mensajes son de estos tipos sin oficios, pero el tercero, el tercero es fulminante para mis infulas de Peter Pan Costeño...


Amo mi status quo, pero este se desvanece conforme pasa el tiempo, soy viejo y envejezco a cada segundo un poco más. Lo que fue mi niñez y juventud se sostiene en personas y lugares que se estan yendo, que se derrumban, que no veré ni escucharé en el futuro como quisera. El Señor Don Victor Nieto Nuñez, es uno de mis nuevos muertos, al tipo jamas lo conocí y murió a las 7.30 de la mañana, y sin ninguna relacion pero con mucha casualidad a la misma hora que se me acabo el sueño, por que a las 4.30 de la mañana los parpados se despegaron con violencia desgarradora, no pude dormir mas, sencillamente se acabo el sueño, y me preocupa esto. Me habia sucedido, levantarme con ansiedad en mis primeros dias de escuelas o en las navidades cargadas con juguetes, pero por obra y gracia del espiritu santo, no...no me habia dado nunca por no tener sueño a estas horas...

Volviendo a don Victor y al mensaje con la noticia de su deceso, debo decir que nunca me llamó la atención conocerlo, pense que sería mejor mitificarlo y evitar incluso escuchar su voz de abuelo debilucho. Pero lo cortez no quita lo valiente, y como muchas cosas en mi, lo siguiente sonará contradictorio: Pese a lo anterior me siento honrado con haber disfrutado de su mas grande obra el Festival Internacional de Cine de Cartagena, y haber presenciado en el templo que se ideó este viejo hidalgo de la cultura, mis primeras Peliculas en Cine, en el inolvidable y entrañable teatro Miramar.

Parece poco trascendente mi mas grande agradecimiento al Viejito Nieto Nuñez, pero gracias a el la vida tambien se me hizo más facil. Y es que como podría haber llegado tantas veces a mi humilde morada sin la siguiente referencia: Calle Real frente al teatro Miramar... Con lo anterior no habia taxista raizal cartagenero que con precision meridiana y taxativa no diera al primer intento con mi casa... aah el Gran Miramar, el radioperiodico y las historias que de el escuché y otras que viví, el Festival de Cine.... Me pasaba el año esperando la lista de las peliculas que venian, y conociendolas preparandome para la descarga de peliculas, que me someterian a una orgia de cultura, con orgasmos sostenidos de dos horas de duracion. Ah mi festival de cine, top cum cultural de la cartagena que amo, la cartagena respetuosa que solo podia paladear en un breve instante del año, bajo el manto alucinante del festival de Don Victor.

Ahora, con el dolor de sentir que el motor fundamental del festival no está, me preocupa la idea de que perdamos el tesoro que jaloneo este viejo.


Resulta que ya no esta Jorge Garcia Usta para que me regale la escarapela con accesos a todos los eventos, ya no esta Don Victor para que invente y reinvente el Festicine, ojala los que quedaron de este lado del tunel sigan el trabajo, por que sin festival, Cartagena no es Cartagena, se vuelve mas vulgar, mas vana, aunque parezca imposible.

2 comentarios:

  1. Mi vale, el viernes no lo llamé para que viniera a mi casa porque estuvo nevando y hacía mucho frío... :P

    Creo que el festival de cine es otra de las tantas cosas que poco conocí o disfruté de Cartagena, y nunca entré en el teatro Miramar, debió haber sido bacano vivir al frente de un teatro...

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  2. el teatro se me escapa una larma gran espacio alli vi una pelicula setentera no me acuerdo cual en sus sillas apoltrondas, y ese olor a crispetas, ahora alli esta una heladeria si eso es lo que parece por el letrero, pero creo que mas bien es una casa de culto, a quien o a quienes rendira tributos, no es ya al buen cine a esos 120 minutos de gloria, de naturalidad visual, de salir de nuestras vidas comunes, silvestres, para entrar a otro nivel a otro mundo, que se proyecta sobre lienzo, el miramar. foncho que pena el celular, los amigos de lo ajeno no respetan nuestras agendas, nuestros polos a tierra, no respetan contactos, nada
    cuidate y un abrazo.

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