Un viaje por los paisajes que cantan las voces del porro y el vallenato.
Cuando lo humano es reemplazado de una forma contundente por el azul del cielo que tras una caida en barrena hasta esta tierra se degrada en multiples verdes y se convierte en montañas, el temor por las penas humanas (violencia, muerte y dolor) se diluyen como un sueño olvidado, desapareciendo de la misma manera que desaparecen los temores que provoca la desidia social o cualquier otro distractor inventado por el hombre de mañas “civilizadas” en este universo que llamamos Colombia.
Dejarse seducir por esa avalancha de realismos hiperfantastico que es la costa caribe colombiana se convierte en un placer y una obligación, por lo que hace unos dias sin muchas razones me ví envuelto en un nuevo viaje que se me insinuó como un motivo para seguir adentrandome en el ideario de la gente buena de esta tierra. Y descubri algunos de los pensamientos que explican las raices mas profundas de las palabras altisonante que los hombres y mujeres de este tropico folclorico y trascendental, sueltan al aire entre sus cantos o cuando simplemente recorren sus caminos.
… No podia negarme entonces, al placer fulgurante de reconocer una vez mas los codigos que usan/mos a diario en su entorno original y que empece a conocer hace muchos años en la mirada y la palabra segura de las gentes de los Montes de Maria, de ese Carmen de Bolívar soñador; del San Cayetano de arepitas de anis y chicharron, del San Jacinto y San Juan de la gaita, el vallenato y la hamaca, que entre el aguacate y el suero, la yuca y ese cielo inmenso se levanta cada mañana negandose a morir, aun cuando la guerra y el egoismo de algunos de sus hijos los intentan sepultar cada dia. [esta es la hitoria del Caribe Colombiano].
Con toda la motivación que lo anterior sugiere, empecé el viaje por el costado mas occidental del Magdalena, con ancias de conquistar paisajes y guardarlos para siempre en unas fotografias, de esas que me harian acreedor a un premio de arte pictorico. Pero(…) sin la camara justa, ni la traqnuilidad del artista; ah, y sin el artista, la cosa queda complicada, pero basta de prologos extendidos aquí se viene la historia de este viaje y de este, de todos mis pequeñso viajes por las raices de la tierra.
Pero siempre hay sorpresas deliciosas que atender y disfrutar en la tierra del Sinú salvaje. En este dia, la primera sorpresa la dio la mirada penetrante de uno de los mas viejos del pueblo; la cara del anciano, parecia sujetar la nube de augurios cancerigenos que se desprendia de su boca, hija de la calilla descomunal que apenas es sostenida por los rastros de lo que alguna vez fueron dientes. La cara del viejo llena de penurias y fiestas pasadas, esconde tras un mar de arrugas inciertas el espejo del siglo que recien termina, esa cara con su niño-anciano y calilla en boca, de sombrero vueltiao sobre la rodilla, sentado a medio lado en el taburete igualmente centenario. Con la behemencia de otras epocas soltó en aquel instante su voz al viento, y sin gritar se hizo entender a lo lejos, diciendo: Yo, no entraria ahí. La pension azulita esta embrujada y la locura habita detrás de sus puertas. Mujeres desentes se pierden de solo pensar en los catres maltrechos que ofrecen como camas. Docto, yo, no entraria ahí, si me hablaran del aparato[1] que habita y que grita lujurioso todas las noches desde algun rincon jamas encontrado de esa vieja pension, y que todos los que tenemos mas de ochenta años conocemos como la monja tuerta, vea docto, yo no entraria ahí.
Al día siguiente entre la cama y el baño encontré el administrador de la pension y me fue imposible evitar preguntarle por los gritos y por su naturaleza, la explicacion desembocó en la famosa moja muerta pero no por tortura o acta bandalico, mas bien muerta de placer entre sabanas en un incompresible nudo de carne, deseos, cabellos en fin de sexo, esa monja que resucitaba ala madrugada y volvia cada miercoles para volver a ser muerta por el cura o el fiel que le destinara confianza y cariño… finalmente la pension azulita era un prosibulo-residencia de mala muerte, que como en todo el caribe, este se reviste con un alito mortuorio para proteger a sus huespedes mas aciduos: las autoridades morales del pueblo. Asi que sin muertes que arrullen mis pesadillas, decidí dejarme llevar una vez mas por el cansancio y de aquella tierra que ante todo es magica y supremamente bella, asi que partimos a la proxima estacion…
Pero nada que hacer, en estos caminos las sorpresas jamas se detienen y cada mañana es la boca de un horno de nuevas historias calentitas y listas para digerir por propios y extraños, El pueblo cuenta sus propias historias y las escribe con tinta indeleble que otros llamarian recuerdos, de esos que despues de pasado el tiempo nos reimos, pero que en el momento es capaz de llenarnos de angustiosa ansiedad.
Asi empezo el primero de mis tres ultimos viajes al mas caribe de los rincones colombianos, el de los pueblos. O asi terminaron aquellas aventuras recurrentes por los campos de la tierra norte de la colombia que tanto se ama cuando se aprende a mirarla con los ojos de quien sabe agradecer los verdaderos regalos que el cielo nos ofrece.
De la ribera agreste del rio guatapurí virgen y exuberante al Sinú poetico hay solo dos paso, disposición y amor por la tierra. Bastan los anteriores para recorrer con entusiasmos estos parajes y remontarnos a la memoria magica que nos regalan abuelas, tios y demas perosnajes, que avitaron este mundo en instantes aun mas cargado de esperanzas, cuando la costa disfrutaba del titulo de provincia con la nobleza que surje tras el orgullo por el pasado propio y de lo que se quiere.
[1] Aparato: Aparición, fantasma.
[2] Farto: Delicado
Definitivamente quedo sin palabras, es una exquisitez leer estas historias llenas de mágica realidad.
ResponderBorrarFoncho, no solo te pediría que continuases con las historias sino que exijo que este mundo no se prive de tus historias, porque nuestro caribe y su gente merece plasmes en letras su belleza, su magia y su no pocas veces cruel y dura realidad...
Desde hoy declaro que no te dejaré en paz hasta que publiques un libro donde plasmes todo eso que has vivido y soñado, donde pongas en boca de los personajes reales o ficticios de tus historias todas esas ideas de política, sociedad y vida que hemos discutido...
francamente sobervio amigaso estas recobrando la lucides de antaño bajo el fulgor de vinos inventados de frutiño, ante paseos mal planeados que siempre resultaron bien, lo aplaudo y me llena de orgullo que comparta estas cuestiones tan de nuestro tropico
ResponderBorrarun abrazo