miércoles, 23 de mayo de 2007

Jattin

Sucede que Raúl cumple también en estos días, nacimos el mismo 31 de mayo en que nacen todos los que vienen al mundo los 31 de mayo sin importar el año, la inflación o las guerras; y la Cartagena de ahora con afanes y rimbombas le quieren festejar el natalicio, si a ese loco borracho que deambulo por las calles del centro sumándole magia a las callecitas retorcidas de la misma Cartagena que todos queremos y algunos, al mismo tiempo despreciamos. Raúl Gómez Jattin no fue estrictamente hijo de turcos, ni casi abogado, como dicen las decoradas biografías, es más ni siquiera fue un poeta callejero, Raúl fue simplemente un alma en pena, que en trance constante digirió el mundo a la manera que la angustia interna se lo dictaba, suavizándolo de vez en cuando, cada vez mas de “ves” que uno que otro cuando; con bazuco, alcohol o un poema que para el caso da la misma vaina. A Raúl como dicen todos: Yo también lo conocí. Lo vi de lejos y me asusto la apariencia de esos huesos siniestros y esa calva impúdica con que se coronaba. Lo vi sentado en el parquecito de los estudiantes, sentado en una banca a las nueve de la mañana de un domingo vació, como son los domingos en las mañanas en los alrededores de la UdeC, ahí estaba, sin amigos, sin poesía, sin tanta patraña que hoy quieren montarle.

Esa fue mi primera experiencia con Jattin, un habitante mas de la calle, incomprendido como todos, vencido o valiente… no lo sé, como muy pocos. La segunda vez que lo vi ya estaba muerto, fue en un programa de TV donde Epark (Eparquio Vega) hablaba de los mil y un viajes a San Pablo, Hospital Psiquiátrico, el hogar por descartes que eligieron para Raulo. En ese programa descubrí su poesía y en gran medida por eso me vi abocado a explorar (sin mucho afán, confieso) en su vida y sus escritos. Encontré el fatalismo anudado a la vida de los grandes en la vida de Jattin, su irreverencia a veces exagerada me llevo a descartarlo de momentos y al siguiente instante una genialidad excelsa me llevaba a adorarlo, aquí radica que lo considere uno de los grandes, no por la irreverencia cochina de lanzar un aleluya a la referencia costeña que en lo personal siento mas denigrante (poema “A mi burrita”). Si no a su condición de humano total, capaz de subir/nos al cielo y bajar/nos al infierno con la facilidad que nos hace el ser humanos, como seres imperfectos, sistemáticamente equivocados.

Ah la catedral del sexo, la explosión de los recuerdos felices y ahora marginados, la poesía maldita y la romántica, tierna; ah la equivocación y los excesos, los matices sagrados que nos ratifican que estamos vivos, esto es Raúl Gómez Jattin, o Jattin como prefiero llamarlo. Esto es Raúl y lo que le criticó el mundo, su familia: la de sangre, y esto es Raúl y lo que le celebraron sus amigos, los que me enseñaron a quererlo de la manera en que he intentado decirles. En estos días no me atrevería a pensar en ese espectro maldito de la poesía llamado Raúl, sin pensar en esos que me enseñaron a verlo. Con Raúl quiero y debo recordarlos pues me hicieron creer que en Cartagena a pesar de todo sigue existiendo alguna posibilidad para la libertad del alma a través del arte por lo tanto de la vida: Los que se fueron y me enseñaron: Jorge García Usta y Rodolfo Valencia... (...)

Al final solo queda un silencio, al final del silencio empiezan a surcar las palabras. En estos días que la copa cargada de poesía se desborde y nos inunde la vida recordando, quizás, el poeta colombiano más influyente del último cuarto de siglo, un poeta maldito, Jattin.

Notas.

Definitivamente Jattin, pues que otro personaje puede ser mas crucial y mas palpable en la vida de este loco que su madre y el Cereté materno que engendró su alma.
Recomendaciones

Pelicula: Bukowski

Musica: Joan manuel Serrat

Lugar: Libro Café

3 comentarios:

  1. Yo no conocì a Jattin. Para la época en que empecé a ir sola al centro (primer semestre de 2000, cuando empecé a estudiar en el centro de la ciudad) ya habia muerto. Si, soy de Cgena, pero del centro saboree poco, no conocí a Jattin ni conozco su poesia, es como perderse un buen pedazo de la ciudad de mis recuerdos. Tratarè de no olvidar los sitios recomendados, en mis vacaciones en Cgena nunca encuentro donde ir.

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  2. Yo tambien lo conoci ya muerto, pero su poesia sigue viva

    Eso es lo me alienta a escribir, a embriagarme con letras, refrescarme con un post...

    La vida de Jattin, como la he escuchado, me parece rebeldia pura pura, ir se contra el mundo, asi...de sopenton, sin mirar ambos lados de la calle, cambiando poesia por comida, que loco, lo admiro en serio, el seria algo asi como mi ser loco reprimido

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  3. Es evidente que la genialidad siempre tiene un matiz de locura, ese matiz era jattin, mas alla del bien o del mal ese era raul una llama que ardio y resurgio esa poesia triptica cereteana, ese sabar a mango y sexo descarado bucolico, no se puede decir nada mas, solo guardar un silencio a gritos por que las genialidades estan marcadas por 3 y por 1

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