Antes de seguir una advertencia, para los creyentes muy susceptibles, irritables y de mente cerrada favor leer el siguiente texto en compañía de un adulto responsable de mente liberal.
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Como todo buen hijo católico crecí creyendo en todos los preceptos de la iglesia, y como buen salesiano era devoto a nuestros santos más queridos como Don Bosco, Domingo Savio y sobre todo María Auxiliadora. Cuando tenía 10 años estaba convencido de que todos debíamos seguir los 10 mandamientos al pie de la letra porque de los contrario no se entraría a ese reino prometido después de la muerte, así que aunque si los de mi casa no iban un domingo a la misa, yo cogía mi bicicleta e iba solito. Luego cuando empecé a faltar a las misas porque un fin de semana me fui de paseo, estaba con los scouts, estaba lloviendo o tenía que hacer tareas me di cuenta que era bobada siempre confesarse bajo el mismo pecado de no santificar las fiestas, así que me dije “bueno yo voy a misa todas las semanas en el colegio y por lo demás yo cumplo con todo así que Jesús sabrá que no es grave que no vaya a misa todos los domingos”. Bueno a veces era un poco egoísta así que a veces sí tenía motivos para confesarme, pero me fui dando cuenta que al fin lo que contaba era la reflexión y el arrepentimiento y si iba a donde el cura a decirle que siento que a veces soy un poco egoísta finalmente era una cuestión tan ambigua y en últimas tan inocua (todos somos un poco egoístas en mayor o menor grado) que decidí simplemente tomármelo como propósito personal y no confesarme más por ello.
Vale resaltar también que de pequeño también creía al pie de la letra lo que decía la biblia, pero al avanzar en el colegio los mismos profesores de religión le empiezan a decir a uno que muchas cosas son metafóricas y que lo importante son las enseñanzas, yo ya tenía mis dudas de muchas cosas fantasiosas que se contaban.
Siempre me ha fascinado el mundo en el que vivimos con sus complejidades y bellas simplicidades, una de las cosas que más me gustaba era irme con mi papá a trabajar y preguntarle por cuanta cosa, fenómeno o situación se me pasara por la cabeza (de hecho todavía me gusta andar con mi papá para preguntarle pendejadas). Los programas de televisión que más me gustaban eran los de animales como Naturalia o Supervivientes, Paz Verde y los documentales de Carl Sagan de Cosmos que a veces daban. Cuando me cansaba de la televisión y no podía salir a jugar mi pasatiempo era leer las enciclopedias y ver las descripciones de animales, países, planetas, etc. (otra cosa que todavía me gusta hacer). Esté afán por conocer y aprender me llevó a entender mejor muchas cosas que nos daban en el colegio y por consiguiente sin necesidad de estudiar mucho siempre fui de los mejores alumnos y al final terminé siendo mejor bachiller, yo creo que se debió más a que mis ganas eran de conocer y aprender más que de sacar una nota alta o ganarle a alguien, aunque no puedo negar que ganarle a alguien es una sensación muy bacana y muchas veces estudié por la nota.
A medida que fui aprendiendo de los fenómenos naturales gracias a la física y la química el mundo empezó a parecer un lugar menos extraño y menos misterioso pero no menos maravilloso e interesante, a esto contribuyó en gran medida una de las mejores cosas que se pudieron haber inventado el Discovery Channel. En esa época me gustaba mucho hablar con Foncho sobre la estructura del mundo y siempre discutíamos sobre las mentiras que mutuamente conciente o inconcientemente nos echábamos, al final dejamos de hablar tanto de estos temas cuando yo empecé a decirle que lo había visto en Discovery y a él le daba rabia y me decía que porque lo mostraran en Discovery no tenía por que ser verdad (todavía lo hace).
Cómo sucede con todos los que empezamos a investigar sobre el mundo y sus fenómenos, las primeras lecturas que atraen nuestra atención son las que cuentan de extraterrestres que nos visitan, tecnologías raras que adquirieron antiguas civilizaciones por seres de otros mundos, poderes sobrenaturales, etc. Pero al poco tiempo empecé a reconocer contradicciones y cosas que no cuadraban y afortunadamente deje de prestarles atención a esas ideas y a interesarme más por la verdadera ciencia, esa que se basa en el estudio sistemático basado en la evidencia sobre fenómenos que se pueden medir y cuantificar.
Pienso que el punto crucial en el que me di cuenta que la realidad es por mucho más interesante y bella que la fantasía y lo sobrenatural fue cuando Foncho me presentó a Stephen Hawkins y su Breve Historia del Tiempo. Ese fue el libro que definitivamente me catapultó de mi pequeño mundo de la tierra y el sistema solar del colegio hacia los confines del espacio y el tiempo, fue cuando empecé a descubrir el infinito en todas las direcciones. Fue también cuando supe que lo mío era la ciencia, que me pagaran por aprender, por intentar arañar un pedacito de ese infinito. Empecé a leer sobre las estrellas, sobre la física y me di cuenta que todo ese terreno estaba desprovisto de religión, Dios había sido desplazado del mundo físico, había sido exiliado a sus fronteras y a los dominios de los moral y subjetivo.
De todas formas a mi me daba vaina sacar una conclusión en ese punto, estaba en décimo grado y ya había hecho la confirmación. Recuerdo vívidamente como el padre Gallo, rector del colegio nos dijo un día en una homilía: “La ciencia ha descubierto que la forma como ha evolucionado el mundo desde el Big-Bang hasta hoy no requiere de un Dios para explicarse, pero hijos míos los descubrimientos de la ciencia no tienen porque estar en desacuerdo con nuestra fe. Lo que esto nos dice es que Dios actuó y ordenó el mundo desde ese mismo instante del Big-Bang, dando las condiciones iniciales para que el mundo sea como es hoy…”. Yo pensé que bueno, al menos está de acuerdo con lo que pienso, pero definitivamente esa afirmación me suena más a una resignación por el terreno perdido por la religión. En ese momento yo me negué a aceptar que de ser así entonces la labor de Dios había terminado, pues le dio cuerda al mundo y ahora anda por su cuenta, pero en el fondo tenía sentido. Fue entonces cuando mi Dios empezó a ser más un tipo fuerza omnipresente en toda la materia del universo que se limita a actuar por algún tipo de rareza cuántica.
Para cuando estaba en once nunca me confesaba y sin embargo siempre comulgaba, confiado en mi capacidad de auto-confesión, pero una vez se acabó el colegio también se acabaron las misas. Al llegar a Medellín quedé enamorado de la biblioteca de la universidad y durante el primer semestre no hice más que devorar libros de cosmología, mecánica quántica (de divulgación, sin fórmulas matemáticas) y filosofía de la ciencia. Yo todavía conservaba una costumbre muy religiosa, todos los días antes de dormir rezaba sagradamente. De hecho, desde que tengo uso de razón hasta los 16 años no recuerdo un solo día que me haya dormido sin rezar, si me estaba durmiendo sin rezar me sobresaltaba y rezaba antes de caer profundamente dormido. No era mucho lo que rezaba, un padre nuestro y una corta oración pidiendo bendiciones para mi familia y todo el mundo, pero para mí esa oración era la garantía de que todo estuviera y saliera bien, así que pensaba que si dejaba de hacerlo las bendiciones cesaría y algo malo pasaría. Pero yo ya estaba en los bordes del ateísmo, no creía en un Dios que nos vigila y controla, ni en un cielo o infierno y la Virgen ya no era la responsable que nada malo me pasara. Así que simplemente una noche deje de rezar porque a eso a lo que le rezaba ya no estaba allí.
Al día siguiente nada malo sucedió, ni en la semana siguiente, ni en el mes que siguió. Yo seguía creyendo en un ser superior y demás, pero aquello ya era muy distinto de la religión católica, aspostólica y romana que de pequeño me habían enseñado, así que rezar e ir a misa dejó de tener sentido alguno. Debo en este punto aclarar que seguí asistiendo a matrimonios, bautizos y demás eventos pero para mi se volvió sólo acompañar a familiares y amigos a rituales y tradiciones culturales.
Durante ese primer año de universidad empecé también a leer sobre las filosofías orientales del Taoísmo y el Budismo, las cuales en términos prácticos son filosofías ateas, pues no están basadas en un Dios. De manera particular me llamó mucho la atención los escritos del Tao Te King, porque de una manera u otra la visión que presenta del mundo no es muy distinta de la que hemos descubierto con la ciencia: hay un principio sobre el que se basa el universo, pero este principio no tiene sentimientos, simplemente da la naturaleza al universo y este se ordena por sí solo. El hombre sólo es una parte de este sistema y lo que profesa el Taoísmo es que hay que dejar que todo siga su curso natural y el mundo se ordenará por si solo, ya que todos los calificativos son invenciones del hombre al comparar los contrarios (claro-oscuro, alto-bajo, bueno-malo, justo-injusto) y por lo tanto tratar de darle un orden al mundo basándose en esos calificativos es desconocer la verdadera naturaleza de éste donde la bondad y la justicia no existen. Al principio uno como que ve profundidad en los versos del Tao pero como que queda en las mismas, pero yo le he dado vueltas al asunto muchas veces, pensando y leyendo diversas teorías y formas de ver el mundo y cada vez más descubro la inmensa sabiduría que encierra el Tao.
Para el final de mi segundo año de universidad ya había aprendido que desde el punto de vista científico hemos descubierto que lo que vemos en el universo puede ser explicado a parir de una serie de principios básicos (teorías* y las leyes de la naturaleza) excepto quizás las complejidades de la vida y la mente y comportamiento humanos. Por ello empecé a investigar sobre el origen y evolución de la vida y sobre el origen y evolución del hombre con lo cual me di cuenta que al final de cuentas tampoco hay nada de especial (en sentido sobrenatural o espiritual) con la vida y con la mente humana, la maravilla del mecanismo de la evolución por selección natural permite explicar estos fenómenos** sin necesidad de recurrir a “voluntades divinas”.
Ahora, luego de todos estos años en los que sin creer no me declaraba definitivamente no creyente me doy cuenta que si Dios no está en ninguno de los rincones donde lo mandé es porque sencillamente lo maté en el proceso de descubrir el mundo. Pero no importa porque la verdad es que me parece supremamente más hermoso y maravilloso que este mundo (y nosotros y nuestra cultura) sea el resultado de la simplicidad ignorante y obediente de las regularidades de la naturaleza y el caos, que haya sido obra de algún ser extraño, omnipotente y de inteligencia infinita a cuya voluntad estaría sometido el mundo.
Para resumir mis conclusiones quisiera citar a varios autores:
El universo tal como lo observamos tiene precisamente las propiedades que podríamos esperar si en el fondo no hubiera ningún diseño, ningún propósito, ninguna maldad ni ninguna bondad, nada sólo indiferencia ciega y despiadada.- Richard Dawkins
Ante las antiguas preguntas: De donde venimos? Quienes somos? Y para dónde vamos?
Venimos de accidentes, no de un diseño. Nuestras vidas no tienen ningún significado cósmico. Y nuestro destino es el polvo, no la inmortalidad. La mayoría de nosotros encuentra tales respuestas profundamente no satisfactorias. Sin embargo, yo creo que son correctas en gran medida.- Taner Edis
Creer en Dios no tiene que ser algo malo, pero yo pienso que es una cosa muy menospreciante para la mente humana creer en una falsedad, especialmente cuando la verdad (la búsqueda de la verdad) sobre el universo es mucho más excitante.- Richard Dawkins
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Notas:
* Muchas de las cuales aún están tomando forma o están bajo discusión, pero lo que falta por definir o lo que está en discusión nada tiene que ver con aspectos divinos o voluntades escondidas.
** Incluso a los fenómenos culturales como la religión misma se les puede aplicar la línea de pensamiento evolutiva, y si bien muchos detalles de cómo han evolucionado estos procesos aún están tomando forma y están bajo discusión nada indica que se necesiten explicaciones sobrenaturales.
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Quejas y comentarios por favor por escrito. Si su queja o comentario es muy extensa favor meterla en otra entrada para discutirla mejor.
Con gusto estoy dispuesto a ampliar sobre algún tópico particular que sea de interés.
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Como todo buen hijo católico crecí creyendo en todos los preceptos de la iglesia, y como buen salesiano era devoto a nuestros santos más queridos como Don Bosco, Domingo Savio y sobre todo María Auxiliadora. Cuando tenía 10 años estaba convencido de que todos debíamos seguir los 10 mandamientos al pie de la letra porque de los contrario no se entraría a ese reino prometido después de la muerte, así que aunque si los de mi casa no iban un domingo a la misa, yo cogía mi bicicleta e iba solito. Luego cuando empecé a faltar a las misas porque un fin de semana me fui de paseo, estaba con los scouts, estaba lloviendo o tenía que hacer tareas me di cuenta que era bobada siempre confesarse bajo el mismo pecado de no santificar las fiestas, así que me dije “bueno yo voy a misa todas las semanas en el colegio y por lo demás yo cumplo con todo así que Jesús sabrá que no es grave que no vaya a misa todos los domingos”. Bueno a veces era un poco egoísta así que a veces sí tenía motivos para confesarme, pero me fui dando cuenta que al fin lo que contaba era la reflexión y el arrepentimiento y si iba a donde el cura a decirle que siento que a veces soy un poco egoísta finalmente era una cuestión tan ambigua y en últimas tan inocua (todos somos un poco egoístas en mayor o menor grado) que decidí simplemente tomármelo como propósito personal y no confesarme más por ello.
Vale resaltar también que de pequeño también creía al pie de la letra lo que decía la biblia, pero al avanzar en el colegio los mismos profesores de religión le empiezan a decir a uno que muchas cosas son metafóricas y que lo importante son las enseñanzas, yo ya tenía mis dudas de muchas cosas fantasiosas que se contaban.
Siempre me ha fascinado el mundo en el que vivimos con sus complejidades y bellas simplicidades, una de las cosas que más me gustaba era irme con mi papá a trabajar y preguntarle por cuanta cosa, fenómeno o situación se me pasara por la cabeza (de hecho todavía me gusta andar con mi papá para preguntarle pendejadas). Los programas de televisión que más me gustaban eran los de animales como Naturalia o Supervivientes, Paz Verde y los documentales de Carl Sagan de Cosmos que a veces daban. Cuando me cansaba de la televisión y no podía salir a jugar mi pasatiempo era leer las enciclopedias y ver las descripciones de animales, países, planetas, etc. (otra cosa que todavía me gusta hacer). Esté afán por conocer y aprender me llevó a entender mejor muchas cosas que nos daban en el colegio y por consiguiente sin necesidad de estudiar mucho siempre fui de los mejores alumnos y al final terminé siendo mejor bachiller, yo creo que se debió más a que mis ganas eran de conocer y aprender más que de sacar una nota alta o ganarle a alguien, aunque no puedo negar que ganarle a alguien es una sensación muy bacana y muchas veces estudié por la nota.
A medida que fui aprendiendo de los fenómenos naturales gracias a la física y la química el mundo empezó a parecer un lugar menos extraño y menos misterioso pero no menos maravilloso e interesante, a esto contribuyó en gran medida una de las mejores cosas que se pudieron haber inventado el Discovery Channel. En esa época me gustaba mucho hablar con Foncho sobre la estructura del mundo y siempre discutíamos sobre las mentiras que mutuamente conciente o inconcientemente nos echábamos, al final dejamos de hablar tanto de estos temas cuando yo empecé a decirle que lo había visto en Discovery y a él le daba rabia y me decía que porque lo mostraran en Discovery no tenía por que ser verdad (todavía lo hace).
Cómo sucede con todos los que empezamos a investigar sobre el mundo y sus fenómenos, las primeras lecturas que atraen nuestra atención son las que cuentan de extraterrestres que nos visitan, tecnologías raras que adquirieron antiguas civilizaciones por seres de otros mundos, poderes sobrenaturales, etc. Pero al poco tiempo empecé a reconocer contradicciones y cosas que no cuadraban y afortunadamente deje de prestarles atención a esas ideas y a interesarme más por la verdadera ciencia, esa que se basa en el estudio sistemático basado en la evidencia sobre fenómenos que se pueden medir y cuantificar.
Pienso que el punto crucial en el que me di cuenta que la realidad es por mucho más interesante y bella que la fantasía y lo sobrenatural fue cuando Foncho me presentó a Stephen Hawkins y su Breve Historia del Tiempo. Ese fue el libro que definitivamente me catapultó de mi pequeño mundo de la tierra y el sistema solar del colegio hacia los confines del espacio y el tiempo, fue cuando empecé a descubrir el infinito en todas las direcciones. Fue también cuando supe que lo mío era la ciencia, que me pagaran por aprender, por intentar arañar un pedacito de ese infinito. Empecé a leer sobre las estrellas, sobre la física y me di cuenta que todo ese terreno estaba desprovisto de religión, Dios había sido desplazado del mundo físico, había sido exiliado a sus fronteras y a los dominios de los moral y subjetivo.
De todas formas a mi me daba vaina sacar una conclusión en ese punto, estaba en décimo grado y ya había hecho la confirmación. Recuerdo vívidamente como el padre Gallo, rector del colegio nos dijo un día en una homilía: “La ciencia ha descubierto que la forma como ha evolucionado el mundo desde el Big-Bang hasta hoy no requiere de un Dios para explicarse, pero hijos míos los descubrimientos de la ciencia no tienen porque estar en desacuerdo con nuestra fe. Lo que esto nos dice es que Dios actuó y ordenó el mundo desde ese mismo instante del Big-Bang, dando las condiciones iniciales para que el mundo sea como es hoy…”. Yo pensé que bueno, al menos está de acuerdo con lo que pienso, pero definitivamente esa afirmación me suena más a una resignación por el terreno perdido por la religión. En ese momento yo me negué a aceptar que de ser así entonces la labor de Dios había terminado, pues le dio cuerda al mundo y ahora anda por su cuenta, pero en el fondo tenía sentido. Fue entonces cuando mi Dios empezó a ser más un tipo fuerza omnipresente en toda la materia del universo que se limita a actuar por algún tipo de rareza cuántica.
Para cuando estaba en once nunca me confesaba y sin embargo siempre comulgaba, confiado en mi capacidad de auto-confesión, pero una vez se acabó el colegio también se acabaron las misas. Al llegar a Medellín quedé enamorado de la biblioteca de la universidad y durante el primer semestre no hice más que devorar libros de cosmología, mecánica quántica (de divulgación, sin fórmulas matemáticas) y filosofía de la ciencia. Yo todavía conservaba una costumbre muy religiosa, todos los días antes de dormir rezaba sagradamente. De hecho, desde que tengo uso de razón hasta los 16 años no recuerdo un solo día que me haya dormido sin rezar, si me estaba durmiendo sin rezar me sobresaltaba y rezaba antes de caer profundamente dormido. No era mucho lo que rezaba, un padre nuestro y una corta oración pidiendo bendiciones para mi familia y todo el mundo, pero para mí esa oración era la garantía de que todo estuviera y saliera bien, así que pensaba que si dejaba de hacerlo las bendiciones cesaría y algo malo pasaría. Pero yo ya estaba en los bordes del ateísmo, no creía en un Dios que nos vigila y controla, ni en un cielo o infierno y la Virgen ya no era la responsable que nada malo me pasara. Así que simplemente una noche deje de rezar porque a eso a lo que le rezaba ya no estaba allí.
Al día siguiente nada malo sucedió, ni en la semana siguiente, ni en el mes que siguió. Yo seguía creyendo en un ser superior y demás, pero aquello ya era muy distinto de la religión católica, aspostólica y romana que de pequeño me habían enseñado, así que rezar e ir a misa dejó de tener sentido alguno. Debo en este punto aclarar que seguí asistiendo a matrimonios, bautizos y demás eventos pero para mi se volvió sólo acompañar a familiares y amigos a rituales y tradiciones culturales.
Durante ese primer año de universidad empecé también a leer sobre las filosofías orientales del Taoísmo y el Budismo, las cuales en términos prácticos son filosofías ateas, pues no están basadas en un Dios. De manera particular me llamó mucho la atención los escritos del Tao Te King, porque de una manera u otra la visión que presenta del mundo no es muy distinta de la que hemos descubierto con la ciencia: hay un principio sobre el que se basa el universo, pero este principio no tiene sentimientos, simplemente da la naturaleza al universo y este se ordena por sí solo. El hombre sólo es una parte de este sistema y lo que profesa el Taoísmo es que hay que dejar que todo siga su curso natural y el mundo se ordenará por si solo, ya que todos los calificativos son invenciones del hombre al comparar los contrarios (claro-oscuro, alto-bajo, bueno-malo, justo-injusto) y por lo tanto tratar de darle un orden al mundo basándose en esos calificativos es desconocer la verdadera naturaleza de éste donde la bondad y la justicia no existen. Al principio uno como que ve profundidad en los versos del Tao pero como que queda en las mismas, pero yo le he dado vueltas al asunto muchas veces, pensando y leyendo diversas teorías y formas de ver el mundo y cada vez más descubro la inmensa sabiduría que encierra el Tao.
Para el final de mi segundo año de universidad ya había aprendido que desde el punto de vista científico hemos descubierto que lo que vemos en el universo puede ser explicado a parir de una serie de principios básicos (teorías* y las leyes de la naturaleza) excepto quizás las complejidades de la vida y la mente y comportamiento humanos. Por ello empecé a investigar sobre el origen y evolución de la vida y sobre el origen y evolución del hombre con lo cual me di cuenta que al final de cuentas tampoco hay nada de especial (en sentido sobrenatural o espiritual) con la vida y con la mente humana, la maravilla del mecanismo de la evolución por selección natural permite explicar estos fenómenos** sin necesidad de recurrir a “voluntades divinas”.
Ahora, luego de todos estos años en los que sin creer no me declaraba definitivamente no creyente me doy cuenta que si Dios no está en ninguno de los rincones donde lo mandé es porque sencillamente lo maté en el proceso de descubrir el mundo. Pero no importa porque la verdad es que me parece supremamente más hermoso y maravilloso que este mundo (y nosotros y nuestra cultura) sea el resultado de la simplicidad ignorante y obediente de las regularidades de la naturaleza y el caos, que haya sido obra de algún ser extraño, omnipotente y de inteligencia infinita a cuya voluntad estaría sometido el mundo.
Para resumir mis conclusiones quisiera citar a varios autores:
El universo tal como lo observamos tiene precisamente las propiedades que podríamos esperar si en el fondo no hubiera ningún diseño, ningún propósito, ninguna maldad ni ninguna bondad, nada sólo indiferencia ciega y despiadada.- Richard Dawkins
Ante las antiguas preguntas: De donde venimos? Quienes somos? Y para dónde vamos?
Venimos de accidentes, no de un diseño. Nuestras vidas no tienen ningún significado cósmico. Y nuestro destino es el polvo, no la inmortalidad. La mayoría de nosotros encuentra tales respuestas profundamente no satisfactorias. Sin embargo, yo creo que son correctas en gran medida.- Taner Edis
Creer en Dios no tiene que ser algo malo, pero yo pienso que es una cosa muy menospreciante para la mente humana creer en una falsedad, especialmente cuando la verdad (la búsqueda de la verdad) sobre el universo es mucho más excitante.- Richard Dawkins
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Notas:
* Muchas de las cuales aún están tomando forma o están bajo discusión, pero lo que falta por definir o lo que está en discusión nada tiene que ver con aspectos divinos o voluntades escondidas.
** Incluso a los fenómenos culturales como la religión misma se les puede aplicar la línea de pensamiento evolutiva, y si bien muchos detalles de cómo han evolucionado estos procesos aún están tomando forma y están bajo discusión nada indica que se necesiten explicaciones sobrenaturales.
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Quejas y comentarios por favor por escrito. Si su queja o comentario es muy extensa favor meterla en otra entrada para discutirla mejor.
Con gusto estoy dispuesto a ampliar sobre algún tópico particular que sea de interés.
Bueno antes que nada me alegra inmensamente la publicación de este texto pues en definitiva este tipo de escritos justifica la existencia de este espacio. Y no por que a alguno le puedan parecer profundas o controvertidas estas palabras, si no por que representa un ejercicio de interiorización y reflexión compartida con aquellos que nos reconocemos como hermanos/amigos. Me parece muy interesante lo que dices, pero no tengo duda que al igual que ese proceso que te ha llevado a las actuales conclusiones, seguirá su curso (el continum proceso) en el viaje de la vida y complementará esas conclusiones o quizá hasta llegue a transformarlas. Como quiera que sea viejo jose, hermano, te agradezco por abrir la puerta a los pensamientos mas intimos de tu ser, y respeto, y celebro en gran medida el valor que has demostrado al abrirnos una dimensión de tus mas profundos pensamientos, nada mas y nada menos que el de la fé. Ahora bien, debo aceptar que mi primera reacción al saber de tus palabras fue una critica no muy responsable(tema para otro comentario) que ahora guardo pues al leerte y pensar en tus palabras solo me queda una reacción posible: respetar tu postura.
ResponderBorrarUn abrazo fraterno, y nos seguimos viendo por el camino.